De madres a madres
Isael Petronio Cantú Nájera
La figura materna, a pesar del patriarcado, sigue siendo central en la vida de cada uno de nosotros; no solamente por el hecho biológico de que nos desarrollamos en su vientre y ellas nos paren, sino por el rol sociológico del cuidado en el hogar. La conseja popular, esa que aprende psicología en la calle, dice que esa falta de cuidado puede definir la conducta futura del ciudadano, así, cuando alguien, mujer u hombre, realiza actos contrarios a la comunidad la gente le espeta: ¡No tiene madre! ¡Que poca madre! Cerrando el círculo del juicio entre crecer amorosamente y con los cuidados y la educación materna o crecer en el abandono y el desamor.
Los comerciantes, esa clase intermedia que inventa todo para poder vender mejor productos innecesarios, desde hace décadas y para ser precisos el 10 de mayo de 1922, a instancia del periodista poblano Rafael Alducin, hicieron que se conmemorara cada mayo el día de las madres en el sentido más positivo, al reconocer en el amor materno, la dedicación, la educación, el cuidado de manera abnegada, como virtudes que nos ayudan a crecer y ser gente de bien… sería el gobierno de Ávila Camacho, diez años después, quién pondría la primera piedra al monumento a la madre y de ahí hasta nuestros días sigue siendo una fecha oficial y fuertemente mercantil.
Así, buena y mala madre, se argumentan como orígenes de la conducta ética y moral de los individuos, aunque sin duda, el papel de la educación familiar en su conjunto, de la escuela y los medios de comunicación, juegan también un rol trascendental en la formación del sujeto social e individual; nadie podría negar la influencia de la televisión en el estereotipo de la madre, que por cierto, con el empoderamiento de las mujeres ya no tiene nada que ver con la mujer del siglo pasado; ni tampoco la manera en que el propio gobierno ha tratado a las mujeres… de hecho, la desigualdad entre los géneros y su sometimiento y vejación creció en medio de las políticas públicas machistas; la desigualdad de salarios, la nula contratación, la negación para entrar a las escuelas o aquellos exámenes de embarazo para decidir si se contrataban o no, o el brutal acoso y prestación sexual para que pudiesen ser contratadas … ¿¡Que poca madre no!?
Al día de hoy, las profundas raíces machistas y patriarcales, a pesar del 10 de mayo, siguen cosificando a la mujer y secuestrando su humanidad, los resultados de esta conducta psicótica, de amor y odio hacia las mujeres, se traduce en el alza de los feminicidios y la nula respuesta de los gobiernos para crear las condiciones de una igualdad sustantiva entre los géneros; las mismas mujeres, por lo menos el sector cuyo empoderamiento está en razón directa con su nivel de estudios, con justa razón rechaza el festejo del día de las madres y exige políticas públicas de empleos y salarios dignos; de respeto a sus decisiones sobre sus propios cuerpos y sobre todo, el impulso de una verdadera cultura de respeto e igualdad sustantiva entre hombres y mujeres.
Ayer, 10 de mayo, mientras unas madres desde la tranquilidad de sus hogares recibían muestras de afecto de sus hijos e hijas; miles de ellas, marchaban por las calles arrastrando su dolor ante el secuestro y posible asesinato de sus hijos; o hijos e hijas, de igual manera marchaban con ellas, porque la suya está desaparecida o terminó asesinada en un callejón víctima de un feminicida… a esta cruel e irritante situación se debe agregar el dato económico de las familias que acaba de dar a conocer CONEVAL cuya juicio sintético es el siguiente: durante los últimos 25 años, es decir de 1992 a la fecha, el ingreso de las familias se ha congelado en sólo: ¡3, 628 pesos!, es decir, haciendo los ajustes es casi exactamente lo mismo que se ganaba allá en 1992 mientras que la inflación se ha incrementado sustantivamente ¿Quiénes son los más pobres? ¡Las mujeres!… ¡Que poca madre del gobierno, no!
El mismo CONEVAL[1] da una receta, dice: “Reconocer la carga de trabajo no remunerado en el hogar que recae en la mujeres y emprender acciones que la reduzcan para facilitar la incorporación femenina en el mercado laboral”
Hace 25 años, eso también ya se sabía: la mujer como un simple apéndice, atada a la faena de la casa, sin pago y en la calle acosada y prescindible; por eso, el asesinato de mujeres, ahora feminicidios, en ciudad Juárez ha llegado a la horrenda cifra de 913 mujeres del 2010 a la fecha, sin contar las muertas desde 1993 cuando comienzan esos crímenes… y dentro de ellas… la gran mayoría son mujeres jóvenes y trabajadoras.
No como ocurrencia, sino como profunda reflexión, cabe preguntarse al tenor de las campañas presidenciales: ¿Qué pueden ofrecer de nuevo y que pueden cumplir los candidatos que han sostenido al régimen? Del 2000 a la fecha, durante doce años nos gobernó un PAN, cuyas políticas públicas exacerbaron la pobreza, incrementaron la inseguridad y la violencia, creando un ambiente infernal de desprecio a la vida, donde las mujeres han sida las víctimas mayores; el sexenio del PRI, que está por terminar a pesar de su demagogia, con estos resultados que da el propio CONEVAL, se hecha la soga al cuello y termina por aceptar que sus políticas públicas fueron un rotundo fracaso… por ello, la gente y con razón: ¡Está hasta la madre de ellos!
A ellos no les gusta que les diga la gente que tienen poca madre, seguramente pudieron festejarla bien el día de ayer y aprovecharon el momento para hacer campaña y publicidad, sus madres, sin duda, nada pobres, sin acosos, ni menos violencia, pudieron agradecer el amor de sus hijos… mientras que millones de madres se tronaban los dedos ante la pobreza y sangraba su corazón ante sus hijos secuestrados y desaparecidos, es decir, hay de madres a madres.
Ante las injusticias, entre la brecha criminal de ricos y pobres, de gobernados y gobernantes corruptos, la idea de la madre y su connotación, tiene significados totalmente contrarios… ahí en la plaza Lerdo, espacio político en la capital de Veracruz, una de las madres de una jovencita secuestrada y recientemente encontrada violada y asesinada, cuyos ojos enrojecidos de tanto llanto y desvelo por encontrarla con vida se habían secado, a la pregunta expresa de ¿qué le diría al gobierno?, con todo el odio que puede uno acumular, con rabia, dijo: -¡Que vayan y…?