🔴Sheinbaum firme ante Trump, Pero condescendiente ante intereses con los Yunes. ✍🏻Por Jorge Alx Cuevas
Alboroto y revuelta ante los acontecimientos políticos en Veracruz, la administración de Claudia Sheinbaum y el partido Morena parecen estar dispuestos a ceder ante las exigencias de figuras como Miguel Ángel Yunes Márquez, mientras mantienen una postura firme frente a presiones externas, como las del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump. Esta aparente contradicción plantea serias preguntas sobre la dirección ética y política del partido en el estado.
Recientemente se confirmó la afiliación de Yunes Márquez, exmilitante panista, a las filas de Morena, respaldado por el compadrazgo de Adán Augusto y el sorprendente apoyo de Gerardo Fernández Noroña, conocido por su postura radical y crítica al capitalismo. Es desconcertante ver cómo un político que representa todo lo que la izquierda ha criticado en términos de corrupción y privilegio, ahora sea apadrinado por figuras que históricamente han luchado contra el neoliberalismo, sería más fácil sacarlos a los tres, pero no, no conviene.
La gobernadora Rocío Nahle y el morenismo veracruzano han alzado la voz en esta situación, mostrando una indignación justificada. Nahle, quien ha sido blanco de ataques constantes por parte de los Yunes, ha tomado una postura firme, defendiendo no solo su dignidad, sino también la de los veracruzanos, incluidos aquellos que pertenecen a otros partidos. La sorpresa y el descontento son palpables, pues la adhesión de Yunes Márquez a Morena no ha sido bien recibida en el estado, donde su legado de corrupción sigue fresco en la memoria colectiva.
Sin embargo, la dirigencia nacional de Morena parece estar navegando en aguas turbias. La falta de claridad en su respuesta a la situación es preocupante. La Comisión Nacional de Honestidad y Justicia y la presidenta Luisa Alcalde se ven atrapadas en un juego político donde la decisión final debería recaer en la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum. La ironía es evidente: mientras el partido se niega a ceder ante la presión de una potencia mundial, se pliega ante las exigencias de una familia que ha estado en el centro de escándalos de corrupción.
El dilema es claro: ¿qué es más importante para Morena, mantener la mayoría en el Senado o defender la dignidad del partido y la figura de Rocío Nahle? La respuesta parece inclinarse hacia el pragmatismo político, al costo de la integridad del partido.
Mientras tanto, los Yunes continúan dejando candidatos de su clan en el PAN, y no tardarán en infiltrar a su gente en Morena, erosionando los ideales que el partido ha intentado representar. La ceder ante los Yunes no solo implica un silencio ante las denuncias de enriquecimiento ilícito, sino que también abre la puerta para que continúen acumulando poder y riqueza.
Morena está en una encrucijada. La decisión de permitir la entrada de figuras tan controvertidas como Yunes Márquez podría convertirse en un punto de inflexión que defina el futuro del partido en Veracruz. Si continúan cediendo ante la corrupción y el compadrazgo, es posible que la esperanza de regeneración que prometían se convierta en un eco de las viejas prácticas que tanto criticaron. La dignidad y el respeto hacia los militantes de Veracruz están en juego, y el tiempo dirá si Morena podrá mantener su rumbo o si sucumbirá ante las sombras del pasado.