Cuando los enanos crecen…
Isael Petronio Cantú Nájera
Construir un nuevo gobierno, no es partir de cero, sino más bien: utilizar una nueva reingeniería constitucional para que ese gobierno sea plenamente social, es decir, sirva a la gran mayoría de la población y no a las élites; reinvente mecanismos de participación que posibiliten realmente una gobernanza democrática, es decir, más ciudadanía informada y participativa y menos gobiernismo; y sólidamente montado en normas jurídicas que se apliquen indefectiblemente, lo que significa cero tolerancia a los delitos y sobretodo a la corrupción.
No será fácil, pues nuestro ser particular, el yo, se construye dentro del ser social y éste, a lo largo de casi un siglo, se formó frente a un Estado frágil y terminó minado por la corrupción de gobiernos presidencialistas, corporativos y siempre corruptos, lo que significa que la justicia y la ley se debe aplicar en los bueyes de mi compadre…
Arribar al gobierno o ser parte de la iniciativa privada y «negociar» con el gobierno crearon un círculo perverso de corrupción y a la vez de creación y recreación del «ciudadano hábil para subir por cualquier medio en la trama social y política»; ciudadano que sin duda se vuelve parte de la élite y crea hijos con su propio modelo educativo… pero todo tiene un fín y creo que el primero de julio, con su voto la ciudadanía puso un basta al modelo corruptor y así, sin más creyó en la promesa de una nueva república amorosa, austera, justiciera, social y profundamente respetuosa de los derechos humanos… pero no es fácil, pues la materia prima, esos ciudadanos que la tienen que construir escasean en tiempos de canallas; si bien es cierto que importantes cargos de la administración pública pueden ser ocupados por esos nuevos ciudadanos de bien… lo que estamos viendo, es que en el río revuelto de la nueva administración, los viejos burócratas de derecha y de izquierda, creadores del sistema de la corrupción aprendieron también a saberse acomodar ganara quien ganara, desplazando a los auténticos triunfadores de la revolución que vimos el primero de julio. Craso error de los nuevos administradores sino son capaces de reconstruir el entramado burocrático y lo vuelven a dejar en manos de los corruptos, porque tarde o temprano, como dice el dicho: ¡Le crecerán los enanos!
Y esto no es porque se tenga la obligación de contratar en la burocracia a todo militante, no; sino de no contratar a los conocidos expriistas y expanistas y todo ex, que se sabe que son agentes de la corrupción; los habrá que no lo son y merecen por sus habilidades y conocimientos pertenecer a la nueva burocracia. También resulta obvio, que la guerra sucia continúa, que muchos están gritando «¡al ladrón, al ladrón!» cuando son ellos los que roban o torpedean la función pública, también de eso hay que tener cuidado; pero no de los otros, los que desde las filas sociales o partidarias, le están diciendo a MORENA que están siendo desplazados por los agentes de la corrupción. En eso se tiene que poner mucha atención.
Finalmente, la nueva administración pública lo que más requiere son: recias personalidades cuya honestidad sea a toda prueba; porque las nueva habilidades administrativas están creándose y otras reinventándose y ahí: todos tienen la oportunidad de aprender y de aprenderlo honestamente, que es el plus que se pide: honestidad.
Ya veremos si los enanos son auténticos o con el tiempo crecen y sus mañas también… No es fácil administrar un circo así.