Los cuerpos de Alberto Flores Morales de 43 años y Ricardo Flores Rodríguez de 21, quienes fueron quemados vivos frente a la presidencia municipal de Acatlán de Osorio en Puebla ya fueron entregados a sus familias quienes reiteraron que no eran delincuentes por lo que exigieron justicia.

Cinco policías municipales fueron presentados por la Fiscalía Estatal investigados por omisión y delitos contra la procuración de justicia.

Sus cuerpos fueron recibidos por sus familiares, quienes entre lágrimas, sollozos y exigencia de justicia los despidieron.

La abuela de Ricardo Flores, Petra García declaró: «no se vale lo que hicieron injustamente, tengan por seguro que ellos no fueron los robachicos, ellos no acostumbraban esas cosas».

El joven Ricardo Flores Rodríguez estudio Derecho en Jalapa y a penas el lunes pasado regresó a Tianguistengo, una comunidad ubicada a 30 minutos de donde ocurrió el linchamiento. Regresó a trabajar las tierras de su familia, sus padres viven en Estados Unidos.

El día en que ocurrió su asesinato, publicó en su cuenta de Facebook su último mensaje: «La vida es una ruleta todos tienen que apostarle». Días antes había publicado mensajes de algunos de sus pensamientos y fotografías.