Javier Herrera se pronuncia por Campañas electorales más cortas
•Busca reducir gastos, además de no invadir y saturar a los ciudadanos con carteles y spots.
Intervención del Legislador del Verde Ecologista.
Los devastadores efectos de los sismos que se presentaron en nuestro país los días 7 y 19 de septiembre pasado colocan a nuestro país ante una circunstancia político-social de enorme complejidad, cuyas consecuencias sociales y económicas se harán más patentes en los próximos meses.
Sin duda, en cualquier desastre natural la pérdida de vidas humanas, que en estos eventos impredecibles casi ascendieron a medio millar, significa la mayor pérdida para México. Vidas trucadas y familias desintegradas por el infortunio de perder a alguno de los padres o incluso a ambos, a uno o más hijos y a otros seres queridos. Hoy los habitantes de un gran número de municipios de los estados de Chiapas, Oaxaca, Morelos, Guerrero, Estado de México, Puebla y Tlaxcala, así como de diversas zonas de la Ciudad de México, siguen viviendo una situación desesperada… se respira tragedia.
Los sismos afectaron de manera paralela a miles de inmuebles habitacionales, educativos y de salud, de servicios, y comerciales; dañaron sistemas de distribución de agua potable; carreteras; y redes eléctricas y de telecomunicaciones, en muchos casos insalvables. Esta situación obligó irremediablemente a una importante parte de la población de nuestro país a modificar su forma de vida de manera radicalmente diferente a la que tenían antes de estos fatales acontecimientos.
La solidaridad nacional e internacional afloró ante la tragedia, hemos sido testigos de innumerables muestras de amor y de inmensa generosidad por parte de la sociedad mexicana que responde como ninguna a la adversidad. Las cadenas humanas dieron fe de nuestra unión, sabemos bien que unidos somos más fuertes, los puños levantados en el aire nos dieron aliento y esperanza.
México mostró su mejor cara ante el desafío. Incluso pudimos observar destellos de lo eficaz que puede ser la colaboración entre autoridades y ciudadanos cuando trabajan en sintonía.
Pero también, hay que reconocerlo, se presentó un recrudecimiento de la irritación presente entre algunos sectores de nuestra población ante distintas autoridades que particularmente se manifestaron en contra del financiamiento público que se otorga a los partidos políticos y de los miles de millones de pesos que serán erogados en las próximas campañas políticas.
Las expresiones ciudadanas de enojo derivaron en la exigencia de que esos gastos se reduzcan y algunas voces incluso proponen que se eliminen.
En este contexto, los integrantes de la fracción parlamentaria del Partido Verde Ecologista de México en la Cámara de Diputados, conscientes de la magnitud de los recursos que necesita México para la reconstrucción, consideramos una obligación que los legisladores busquemos alternativas para re-orientar los recursos de la nación y otorguemos una partida mayor a la restauración y reactivación económica de las zonas afectadas. Con ello estaremos acatando la voluntad ciudadana como el único medio para recuperar su confianza. Es evidente que no escuchar el reclamo ciudadano y prestar oídos sordos a la exigencia de disminuir gastos excesivos electorales, es mantenernos ajenos a la voluntad popular.
En esta lógica, presentamos ante el Pleno la alternativa de modificar la duración de las campañas electorales con objeto de que sean más cortas. Con ello no sólo ahorraremos recursos económicos, también evitaremos saturar a los ciudadanos de propaganda electoral, especialmente en estos momentos en los que lo último que desean es permanecer bombardeados con spots electorales, que estamos convencidos no elevan el nivel del debate y sí producen profundo enojo.
La propuesta exhorta a las juntas de Coordinación Política de ambas cámaras del Congreso a impulsar un acuerdo en el que participen todos los partidos políticos nacionales y que permita realizar modificaciones a la legislación electoral federal con la finalidad de reducir los tiempos de las campañas en el presente proceso electoral, limitándolos a treinta días para los candidatos a diputados federales y sesenta para los aspirantes al Senado, manteniendo los noventa días para los candidatos a la Presidencia de la República.
Estamos conscientes de lo estipulado por el artículo 105 constitucional que consagra el principio de certeza, y que a la letra dice. “Las leyes electorales deberán promulgarse y publicarse por lo menos 90 días antes de que inicie el proceso electoral en que vayan a aplicarse, y durante el mismo no podrá haber modificaciones legales fundamentales”, pero también estamos convencidos de que las leyes se crean y modifican en virtud de la voluntad del pueblo y de acuerdo a los retos que plantea la realidad social, lo cual nos exige realizar transformaciones para atender de manera oportuna la emergencia que estamos enfrentando.
Recordemos que existe un antecedente jurídico en la materia. En 1994 se realizaron reformas de carácter electoral una vez que ya había arrancado el proceso. En ese momento México vivía condiciones políticas extraordinarias por el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en el estado de Chiapas el 1 de enero de ese mismo año y el asesinato del candidato a la Presidencia por el Partido Revolucionario Institucional, el 23 de marzo, hechos lamentables que conmocionaron al país por lo que hubo una fuerte presión de las diferentes fuerzas políticas para cambiar las reglas del juego electoral que ya había dado inicio.
Hoy nuestro país vive una situación igualmente extraordinaria.
Según cifras oficiales el total de habitantes afectados, en diferentes grados, por los desastres naturales ronda los 12 millones y se estima que la reconstrucción costará cerca de 48 mil millones de pesos. ¡No ha habido en la historia reciente situación más extraordinaria! Pasemos de las palabras a los hechos, México lo merece y requiere.