¡Ni un voto a las élites corruptas y criminales!
Isael Petronio Cantú Nájera
En la era de la postverdad y las fakenews el arranque de las campañas electorales se vuelve más incierto y menos predictivo para decidir ¿Quién será el ganador de la gubernatura en Veracruz.
Ayer domingo, como lo marca el calendario: Pepe Yunes, Cuitláhuac García, Miguel Ángel Yunes, July Sheridan iniciaron sus campañas como candidatos a la gubernatura: PRI, MORENA, PAN y PANAL, respectivamente, aunque hay que recordar que los tres primeros llevan en alianza a otros partidos menores; salvo la candidata del PANAL que inició su campaña en el mercado de Minatitlán sin convocatoria alguna, los mítines de los otros tres obedecieron a estrategias partidarias de campaña.
Veracruz, con el tercer listado nominal más grande del país, cuenta con más de cinco millones y medio de electores; de entre ellos hay más mujeres que hombres y el grupo de 18 años a 40 representa el 40% de él, pudiéndose inferir que ese sector definirá la elección.
La batalla por Veracruz está en medio de una “guerra de baja intensidad” donde el Estado ha fallado por la galopante corrupción de sus gobernantes y las políticas públicas autoritarias y “policiacas” implementadas al enfrentar el complejo y multifactorial problema del tráfico de drogas y otros crímenes de alto impacto, dejando “criminalmente” de lado, la implementación de políticas públicas de profundo contenido social y de desarrollo sostenible que repare las roturas del entramado social.
Tras largas décadas de gobiernos priistas, que iniciaron un proceso de desarrollo estabilizador y de impulso agropecuario, donde el petróleo se aupó a todos los procesos, el fin caótico y de franca podredumbre en el servicio público y el robo del erario por parte de las élites partidistas, pavimentó el camino del triunfo de otro sector priista que, camuflageado con los colores del PAN, entrarían por la puerta derecha al palacio de gobierno.
Fuera de los círculos de poder, en el corazón de la sociedad civil, el enfrentamiento entre grupos delincuenciales y los creados dentro del propio sistema (Ahí están en la cárcel Bermúdez Zurita y más de una decena de policías) han instalado una estrategia de terror, donde con sevicia están asesinando a cientos y miles de ciudadanos, con el fin de controlar espacios y sectores, que les permitan obtener pingües ganancias de sus ilícitos negocios… día a día sin importar la noche, la violación y el asesinato de mujeres, como crimen de odio, desangra al estado… noche a noche, sin importar el día, los sicarios ventajosos, descerrajan plomo, cercenan, disuelven, aniquilan a sus aterrorizadas víctimas y mandan un gélido mensaje a todos los demás para que se “queden en sus casas”; desde las mazmorras del régimen, día y noche, se victimiza al ciudadano común, mientras en los sótanos de las instituciones y en las mesas de cantinas, los grandes tahúres pactan su “paz”.
El dantesco escenario, no sólo es un telón de fondo, es toda la escenografía de Veracruz, de norte a sur, la inseguridad y la galopante corrupción en las instituciones han creado una guerra sin cuartel donde nadie está a salvo: desempleo, abandono del campo, cuarteadura institucional llena de burocracias insufribles, iglesias hipócritas, y políticos cantinflescos, ignorantes y cargados de hueca retórica (que a veces son la mafia misma), son parte de la tragedia del mal gobierno.
Cuatro candidatos, uno de ellos mujer, se disputan la gubernatura del Estado, pretenden que los ciudadanos los elijan como sus representantes en el Poder Ejecutivo y para ello, se valdrán de todos los mecanismos que la mercadotecnia prevé para lograr su fin. Los ejes políticos están claros: izquierda, centro y derecha, lo que no está claro es la ideología y el programa de cada uno de ellos, pues como en la vieja Torre de Babel, se han confundido las lenguas y se ha perdido su significado; así, bien común se percibe como bien familiar y de grupo; justicia social se concibe como dádivas y clientelismo; trabajo como moderna esclavitud con salario mínimo o sicariato; derechos humanos como gracia de la ley; transparencia como fakenews y justicia como ejecución policiaca y sumaria… pero eso es lo que hacen y ven los políticos corruptos… abajo, muy abajo, en la vituperada sociedad civil germina el encabronamiento, que da luz y rienda suelta a las acciones que derrumbarán la carcomida sociedad y creará las bases de un nuevo Contrato Social.
Puede ganar cualquier candidato, dadas las tropelías, insuficiencias y corrupción existente en los organismos electorales, maquinando fraudes cibernéticos y burdos mecanismos de compra de votos, lo que no pueden, es parar una sociedad civil que está caminando hacia el control de los políticos creando una gobernanza democrática, donde se exige transparencia, rendición de cuentas y revocación del mandato… eso aterroriza a los dueños del capital, los que se han beneficiado de la corrupción y a sus tranzas le llaman “nicho de oportunidades”; eso aterroriza al político venal que se ha beneficiado entre los sistemas del PRI, del PRI-PAN-PRD incluso PRI-PRD-MORENA o desde la venta de franquicias “independientes” y que ellos llaman “audacia política”, “conversos” “toma de consciencia”.
En el arranque de sus campañas, entre los acarreados y los verdaderos simpatizantes, cuya consciencia es clara, cada candidato externó sus debilidades, no sus fortalezas, al señalar en el “otro” la paja en el ojo, sin ver la viga que en el suyo lleva.
Termino diciendo que el perfil del moderno elector es el de un ciudadano que está harto de la corrupción y de los privilegios de las élites; que está enfadado con la injusticia y se apronta ha conseguirla por mano propia; que está venciendo su miedo a morir y decide heroicamente cómo, cuando y por qué morir; que ha dejado de ser infante para convertirse en un adulto responsable de sus actos políticos y que emitirá su voto, es decir, que dará su poder a otro que lo represente en sus legítimos intereses. ¡Ni un voto a las élites corruptas y criminales!