Antorcha

LOS GOBIERNOS DE MORENA, LA OBRA PÚBLICA Y EL APOYO A LA CULTURA


Samuel Aguirre Ochoa

Hace unos días, el Órgano de Fiscalización Superior del Estado (ORFIS) informó que en la administración que encabeza Hipólito Rodríguez Herrero, presidente municipal de Xalapa, están en riesgo de perderse 180 millones de pesos destinados para obras en el municipio, debido a que algunas se cancelaron y otras están inconclusas. También se anunció que fueron reintegrados 15 millones de pesos a la Federación porque no se aplicaron en tiempo y forma.

Hay que sumar a esta danza de millones perdidos otro hecho, que en abril del 2018 también se regresaron a la Federación más de 72 millones de pesos que habían gestionado los diputados antorchistas para la construcción de obras de gran impacto en beneficio de los xalapeños, debido a que no se ejercieron en tiempo como consecuencia de la serie de trabas artificiosas que la Dirección Municipal de Obras Públicas de Xalapa puso a las constructoras que estaban realizando tales obras.

Cabe señalar, que estos últimos 72 millones de pesos fueron reintegrados por segunda ocasión al estado de Veracruz, la Secretaría de Hacienda los devolvió a la Secretaría de Finanzas y Planeación (SEFIPLAN) en julio del 2018 para que ahora fuera la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas del Estado (SIOP) quien reiniciara las obras inconclusas. Sin embargo, esto no fue posible debido a que el ayuntamiento de Xalapa se negó a otorgar los permisos de construcción que le requirió por escrito la SIOP, y estos recursos de nuevo se regresaron a la Federación a finales de diciembre del pasado 2018 y los xalapeños perdieron por segunda ocasión estos recursos.

Observamos de un lado, una actitud de negar en forma sistemática toda obra gestionada por ciudadanos que no sean afines al partido al que pertenece el alcalde de Xalapa y, de otro, la ineficacia de las instituciones municipales para realizar su trabajo.

En días pasados, el Comité Estatal del Movimiento Antorchista en Veracruz sostuvo una audiencia con el gobernador del estado, Cuitláhuac García Jiménez, en la cual le hizo varios planteamientos de obras de suma importancia para pueblos y colonias marginadas, y la respuesta fue que en este año los recursos del estado se utilizarían para los programas del Presidente; es decir, también la respuesta fue negativa, aunque dejó abierta la posibilidad de volver a reunirse para analizar de nuevo dichos planteamientos.
En esa misma audiencia, también se le solicitó apoyo con transporte para trasladar a varios clubes culturales integrados por niños, jóvenes y adultos representantes de la delegación veracruzana, que en estos momentos está participando en la XX Espartaqueada Nacional Cultural que cada año lleva acabo el Movimiento Antorchista en Tecomatlán, Puebla. La respuesta en automático fue un rotundo no, a pesar de que no se le estaba pidiendo dinero en efectivo, pues se le solicitó contratara algunos de los más de 50 autobuses que se requerían para el traslado a uno de los eventos culturales más importantes del país, tanto por el número de asistentes, como por el origen humilde de los participantes y por la calidad artística que ha alcanzado dicho evento.

También aquí se observa la misma actitud que en el ayuntamiento de Xalapa, nada para los que no sean afines al partido al que pertenece el gobernador. Pero no solo en lo que se refiere a obras, sino en una actividad de gran importancia como es la cultura. Todos sabemos la importancia que tiene esta actividad en la formación integral de la niñez y en la elevación espiritual de quienes la practican.

A nivel federal la situación es exactamente la misma, ningún apoyo con obras y acciones para las personas que no pertenezcan al partido del Presidente. Para ello se utilizan argucias, ataques y calumnias en contra de quien solicita la construcción de obras de infraestructura de cualquier tipo para las zonas marginadas, ataques promovidos desde las más altas esferas del gobierno y difundidos a través de los medios de comunicación, con la clara intención de desprestigiar e intentar aniquilar a las organizaciones sociales, situación peligrosa, pues todo indica se pretende conculcar los derechos de petición y de libre organización.

Estamos pues, enfrentando una actitud represiva por parte del gobierno, represión administrativa y mediática hasta el momento, pero que puede incrementarse como el prefabricar delitos para deshacerse de sus adversarios y establecer en México una dictadura que obedezca a los intereses de los dueños del capital, de los ricos de este país, pero autodenominada de izquierda. Un gobierno que esgrime como causa de la pobreza en nuestro país solo la corrupción, cuando en realidad dicha pobreza es consecuencia del modelo económico neoliberal rapaz, que concentra la riqueza en unas cuantas manos.

Por otro lado, al no instrumentar los correctivos adecuados, los problemas se agudizan, la delincuencia y la inseguridad se incrementan, aunque los gobernantes digan otra cosa. Es cuestión de ver las cifras. Ante este panorama qué espera al país: 1. Que al no verse resultados concretos, que apunten hacia una mayor productividad en el terreno económico y que se manifieste en una mayor producción a bajos costos; al no generarse empleos bien remunerados, al no generar condiciones de vivienda digna con los servicios básicos resueltos que permitan a las familias vivir como seres humanos y no se incremente la producción en el campo, la ciudadanía empiece a desilusionarse de la política del nuevo gobierno, y lo haga a un lado y 2. Que a base de mentiras sigan manipulando al pueblo trabajador con limosnas o dádivas, como lo son los programas asistenciales, la riqueza se siga concentrando, la pobreza se agudice y la dictadura del morenismo se consolide. Planteamientos como la constitución moral y la Guardia Nacional apuntan en este último sentido.

Por lo pronto, en Veracruz empieza el desencanto, ahí están los abucheos hacia el gobernador como consecuencia de la falta de resultados. Los mexicanos debemos estar atentos, asumir una actitud crítica ante los acontecimientos políticos y económicos y prepararnos para defender las conquistas alcanzadas por el pueblo trabajador.